La Ermita de Sant Miquel se encuentra a 5 km de Vilafamés, en dirección a San Juan de Moró, en la ladera del Monte Mollet.

Dedicada al patrón de la localidad, se construyó gracias a Pere Albella quien dejó establecido en su testamento que una parte de sus bienes fueran utilizados para la construcción de una ermita, estableciendo como administradores el Ayuntamiento de Vilafamés.  

Data de 1640 y es una construcción sencilla, de amplia fachada con ventanas y un espacioso porche con arcadas.

Su estructura consta de dos partes:

  • La religiosa, con una sala para culto de planta rectangular con coro alto en los pies y sacristía lateral.
  • Hospedería: para ermitaños y masoveros.

 

¿Cómo llegar?

Salimos de Vilafamés buscando la carretera que nos lleva a Sant Joan de Moró. A la altura del barranco «Toni Salse» (panel situado a la derecha de la carretera), veremos un camino hormigonadado a mano izquierda, este es el que tenemos que coger para llegar a la ermita.

Como punto de referencia, a la entrada de dicho camino, a mano derecha, veremos un cartel metálico bajo dos árboles que nos indica que vamos por buen camino.

El camino combina al principio hormigón para luego cambiar a tierra rojiza.

Llegará un momento en que nos encontraremos tres sendas. Hay que continuar por la del medio. Al cabo de un kilómetro y saliendo de una curva, nos encontramos con la ermita de Sant Miquel.

La zona goza de una vegetación exuberante, propia de una geología de areniscas triásicas. Está constituida por pinos y vegetación endémica con interesantes ejemplares de carrascas, encinas, sauces, etc.

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