Salimos de Vilafamés buscando la carretera que nos lleva a Sant Joan de Moró. A la altura del barranco «Toni Salse» (panel situado a la derecha de la carretera), veremos un camino hormigonadado a mano izquierda, este es el que tenemos que coger para llegar a la ermita.
Como punto de referencia, a la entrada de dicho camino, a mano derecha, veremos un cartel metálico bajo dos árboles que nos indica que vamos por buen camino.
El camino combina al principio hormigón para luego cambiar a tierra rojiza.
Llegará un momento en que nos encontraremos tres sendas. Hay que continuar por la del medio. Al cabo de un kilómetro y saliendo de una curva, nos encontramos con la ermita de Sant Miquel.
La zona goza de una vegetación exuberante, propia de una geología de areniscas triásicas. Está constituida por pinos y vegetación endémica con interesantes ejemplares de carrascas, encinas, sauces, etc.